Programa Geoglifos de Baja California

Arte de la Tierra de Participación Comunitario-Infantil, concebido al mismo tiempo como el primer Códice peninsular.

Responsable: Francisco Hernández Zamora -artista multidisciplinario-.

Crítica



Alberto Hijar, 2002, CENIDIAP, INBA. Mex. D. F.
Fernando Sánchez, 2001, La Paz, Baja California Sur.
Cora Patricia Valencia Mayoral, 1992, Ensenada, Baja California.
Soraya Valencia, 1996, Ensenada, Baja California.

INGLES: Raúl C. Álvarez. 2001, Montreal, Canada.

ARTE EN EL DESIERTO

Alberto Híjar Serrano.
Francisco Hernández Zamora construye en Baja California desde 1995, una respuesta estética a la publicidad mercantil enemiga del ambiente humanizado. Plantea con su práctica, los terribles dilemas derivados de la lucha constante entre la sociedad y la naturaleza humanizadas contra su destrucción y deterioro constantes. ¿Cómo hacer esto frente a la avasalladora presencia de los grandes anuncios en la ciudad y el campo y en todos los medios?. ¿Cómo preservar su propuesta estética humanizante de la subsunción capitalista?.
Dos puntos de partida: la tradición de las pinturas y los grabados rupestres y la adopción de una escala monumental imposible de pasar desapercibida en el espacioso desierto de Baja California. De la articulación de ambas determinaciones, resulta el programa Geoglifos de Baja California -arte de la Tierra-, una transformación artística del ambiente por la vía de signos imposibles de ignorar por los transeúntes.
Geoglifos –dibujos en la tierra- es el nombre clave en arte de la Tierra. Baja California es sede de cuevas señaladas por pinturas y grabados rupestres, propios del neolítico americano, mucho más reciente que el africano o el europeo, pero con sus mismas necesidades de significación y apropiación mágica de los recursos naturales. Esta tradición significante de lugares ocultos es parte de ritos de iniciación a los indispensables oficios de recolectores, pescadores y cazadores dispuestos a una apropiación justa de la naturaleza con pleno respeto a las necesidades compartidas. Cultos viajeros han registrado estos signos: desde los jesuitas del siglo XVIII como, Junípero Serra y Eusebio Kino, hasta el novelista policíaco Earley Stanley Gardner y la antropóloga Barbro Dahlgren. Francisco Hernández Zamora da a esta tradición un sentido estético mediante la construcción comunitaria de signos monumentales, algunos como el primero -el Geoglifo de la Unidad-, de tan variadas sugerencias figurativas como los antiguos trazos de San Borjita y otros con claros referentes como la Ballena Kuyimá. Una especie de códice peninsular, el nombrado Maijañui por el artista, es apreciable si se despliegan como totalidad en proceso los geoglifos visibles para quien recorra la península en su extensa longitud, en esta que también es una propuesta de Galería aérea. Lo artístico reside en su polisemia, no tan amplia como para ignorar las referencias a la naturaleza y su urgente preservación, especialmente ante la posibilidad de explotación depredadora de las especies marinas, si se deja prosperar la autorización injusta pero legalizada a partir del 11 de septiembre de 2002 para instalar extensas redes y miles de anzuelos a dos kilómetros de los litorales. Mientras en Johannesburgo, en los primeros días de este mismo septiembre, se firman compromisos por la preservación y defensa del ambiente, la reserva natural de los mares californianos está en peligro y Francisco Hernández lo significa al dar presencia a la majestuosa ballena paradójicamente representada con toneladas de conchas como restos de fauna sobrexplotada.
Contornos lineales de 4.5 metros de ancho y figuras de 600 x 350 metros, con una longitud total de línea de mas de 4.5 kilómetros como en La Ballena Kuyimála que baila en las nubes- en Laguna San Ignacio de Baja California, dan idea de la escala acorde con la magnificencia del desolado paisaje. El uso de material marino como las conchas de almeja catarina para trazar los contornos, remite intencionadamente a las nociones de destrucción y desperdicio -ligados a la corrupción y abuso de poder gubernamental de la década de los 80’s-, para dotarlas de sentidos contestatarios y placenteros. Que un grupo de osados trabajadores de la cultura, niños de la comunidad local, pescadores y turistas -vecinos de la aldea global- hayan trabajado a temperaturas oscilantes en los 40° centígrados para realizar los geoglifos, mueve los sentimientos y las sensaciones en correspondencia con intuiciones humanizadoras que tienen en las líneas ondulantes de las danzas imaginarias y de la fauna marina representada, los referentes de una necesidad urgente de protección de la naturaleza, al mismo tiempo que reclama la condición humana dignificada inscrita en las mejores utopías viables que reivindican la plenitud espiritual, al mismo tiempo que la justicia social. Todo ello a partir de un enfoque personal de Hernández Zamora del arte como un eje de desarrollo social en donde intencionalmente se proclama con hechos poéticos –poiesis: creación- ligados a la vida cotidiana la importancia de la iniciativa y la acción local en la nueva realidad de globalización.
México, D. F. 2002

KUYIMÁ

Por: Fernando Sánchez
Revista inDIGO
LA CORAZA dE CASiOpEA
Los caminos de la Antigua California son más naturales después de su paso. A golpe de talón anda buscando la esencia humano en el desierto deshabitado y en los niños de creatividad inmaculado. Sale por la mañana con un poco de agua y unas galletas de fibra a descubrirse en el paisaje con paciencia de misionero, Hay un cuento en cada uno de sus movimientos, una fábula en cada una de las barbas que le cubre la cara; es un niño grande y un anciano incansable, Es el que habla con las ballenas, con las piedras, con el fuego, con los ancestros que trae dentro y de donde le nace esa Rupestricidad Contemporáneo.
Así es Francisco Hernández Zamora, un artista cuyo principal proyecto es, nada más, convertir a la Península de Bajo California en una Galería de Arte Aéreo que es al mismo tiempo tres cosas: una esperanza lúdica una introspección humana que encuentre los ganchos que formen "lo colectividad"; y una expresividad artística de encuentro con él mismo a través del otro.
A pesar de que su formación académica comienza con la Oceanología en la Universidad Autónomo de Bajo California en Ensenada, Francisco es un estudioso incansable que se apasiona por la cultura mexicana e internacional: lo antropología, sociología, historio, etc. Su apoyo entusiasta a las tesis sobre "El arte como base de la educación" nacen de una experiencia sustentada en sus años dentro del ambiente universitario (no sólo como alumno y maestro sino como reformador) y sus interminables convivencias con la gente que tiene la fortuna de encontrarlo en sus peregrinaciones.
Sus primeros acercamientos al arte son familiares, de donde seguramente también nace esa conciencia de responsabilidad social del artista; no sólo con su trabajo como artista visual sino con sus ensayos que pretenden encontrar el vínculo que conecte al arte con la vida cotidiana del hombre más común. De esta manera, él no está sentado esperando recibir, sino caminando y buscando cómo dar; no en la posición del mártir sino que es, al mismo tiempo, aprendiz de la vida y maestro de los vivos.
Su proyecto más reciente, y probablemente el más vistoso, se llamo KUYIMÁ, Es un dibujo monumental de más de medio kilómetro de largo, delineado con una franja, actualmente de cuatro metros pero proyectada a ocho, de restos de almeja que los pescadores han dejado a las orillas de la planicie que forma la Laguna de Son Ignacio: una ballena con su ballenato.
Con la participación de la gente local, principalmente niños, y financiamientos privados y gubernamentales, este proyecto está a poco tiempo de finalizarse y todos los habitantes del Estado debemos estar atentos para ese momento. Además, todavía existe la posibilidad de participar junto con Francisco y bajo su dirección, en la realización de los últimos detalles de la obra.
Para obtener información completa sobre este y otros proyectos de Francisco pueden consultar su página en internet que por lo pronto se encuentra bajo el auspicio de BAJA NET y dentro de la página: www.laesquinadelarte.com bajo el subtítulo "geoglifos" (N. del E.: Descontinuada)

2001, La Paz, Baja California Sur

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